
Dio forma de cubo a la arcilla que sostenía entre sus húmedas manos. Trazó el ojo que serviría, a modo de cerradura, en una de sus caras.
En las otras cinco, fue tallando, con su delicada cuña, los secretos que evitarían la extinción humana.
Satisfecho por su legado avivó el fuego que lo mantendría transcurrido el tiempo.
Una vez creado confinó su espíritu en el interior.
No hizo falta llave.
Todo se develaría cuando el alma impía leyese con el corazón.
Este relato ha sido escrito para participar en el esccribir jugando abril 2020, propuesto por Lidia Castro. Son ochenta y una palabras sin el título.
Elementos a utilizar en el desafío:
- La imagen del cubo: un ojo
- Referencias a la escritura cuneiforme
Wow, precioso microrrelato a la par que misterioso y enigmático 😀
Me encanta cómo nos transportas a ese mundo antiguo y ancestral de la creación de algo mágico y poderoso. Muchas gracias por participar, Lehna.
Y, por cierto, Feliz día del libro ❤
¡Feliz día del libro para ti también, Lidia!
Como siempre te digo, muchísimas gracias a ti por la oportunidad de participar.
Me alegra si te gustó el micro. 😍😘